domingo, 10 de agosto de 2014

Renault 4 CV '54 - Norev

Renault 4 CV '54 
Norev




Fecha de lanzamiento: Finales de 2013
Modelo: Esta miniatura representa a escala 1/18 un Renault 4 CV del año 1954 fabricado por Norev en metal y plástico. Éste modelo actualmente lo hace sólo Norev. Aunque hace unos meses lo fabricó tambien Otto Mobile.Cotización actual: 25 - 50 € (agosto 2014)
Dificultad para encontrar el modelo:
 Bastante fácil de encontrar X X
Estado: 
disponible en eBay y en tiendas físicas.
Serie limitada: no.


Caracteristicas del modelo:

General: 
Éste modelo originalmente fue Norev, pero Solido le vendió los moldes a Norev y ahora es éste fabricante el que produce muchos de los modelos que anteriormente los hacía Sólido. El coche no tiene un detallado muy bueno ya que el molde tiene muchos años, aunque Norev podría haberlo mejorado un poco.
Para el precio por el que lo compré no está nada mal, pero encuentro que su cotización actual es abusiva si nos ponemos a mirar la calidad general de la maqueta.
Para empezar no se abre ninguna de las puertas del habitáculo, únicamente el capot y el maletero (ubicado en la parte delantera del vehículo), y sinceramente, para lo que hay que ver en el capot trasero, mas valdría que no lo hubiesen hecho que se pudiese abrir, aunque esto lo explicaré en el siguiente apartado.

La pintura tiene algunos defectos, pero bueno, podría ser peor. Quizá lo único valorable del coche es que es un modelo muy bonito, y en mi caso, hacia tiempo que quería comprarlo pero nunca me acababa de decidir.

Los neumáticos son de perfiles pintados en blanco, y los pinchos en los faros y pilotos se hacen notar demasiado.
Los limpiaparabrisas son del propio molde del parabrisas.

Además, la escala no es 1:18 sinó 1:17, aunque podría ser peor como en el caso de la Citroën HY.

Los ajustes de las pocas partes "abribles" del coche son bastante penosos.

Me sabe mal hablar así de ésta maqueta pero es lo que hay. No puedo hablar bien de algo que no está bien.

Motor:

El motor es de dos colores, cromado y negro.
Abres el capot trasero y lo único que ves es un fondo negro y una tapa de balancines y unos colectores de admisión que como le enfoques con la linterna quedas ciego del reflejo.

El vano motor es muy simple, sin cableado, sin colorido, sin nada.

Interiores:
El habitáculo dentro de lo que cabe está bastante bien, quizá porque al no ser posible abrir las puertas evitamos ver como realmente son. 
Los asientos, volante y salpicadero son de color crema, que en combinación con la pintura exterior la verdad es que queda bastante bien.
Lo único malo del interior es que los pilotos laterales de los pilares C tienen el pincho que llega hasta dentro y la luz pasa por el piloto hacia el interior. Ésto puede verse bien en las fotos del habitáculo.


Bajos
Los bajos también son bastante simples. Todo es de color negro excepto el tramo de escape que va del colector de escape hasta el silenciador. La verdad es que no hay nada que destacar sobre los bajos. 

Maletero:
El portón del maletero vemos que no encaja como debería. Una vez abierto vemos que en su interior está colocada la rueda de repuesto verticalmente y el fondo del piso del maletero es de color crema.

Cosas que se podrían mejorar:
-Aspecto general de la maqueta.
-Puertas del habitáculo que se puedan abrir.
-Vano motor.
-Pintura y barniz.
-Escalado 1/17
-Faros y pilotos con pinchos.
-Ajustes del portón del maletero.
-Pilotos laterales.

Cosas positivas de la maqueta:
-Da el pego en la vitrina.
-Color bonito

FICHA TÉCNICA DE LA MAQUETA:
Material: ZAMAK y plástico.
Dimensiones (largo, ancho, alto): 
Peso: 
Ruedas direccionables: Sí
Ruedas independientes: Sí
Material de los neumáticos: goma
Suspensión: NoMaletero: Se abre
Puertas: No se abren
Capot: Se abre

Ahora pasemos a hablar del modelo real 

Entre los automóviles construidos en España hace varias décadas, son pocos los que con la simple mención de su nombre hacen aflorar el recuerdo de una época con la misma intensidad que lo consigue el Renault 4/4. Tal vez tuviese mucho que ver su condición de primer utilitario fabricado bajo licencia, lo que favoreció su difusión en los años en que España comenzaba a salir del aislamiento posterior a la Guerra Civil. Por otro lado, el depauperado parque de turismos -formado en 1951 por algo menos de 70.000 unidades en funcionamiento necesitaba ya un estímulo urgente, tanto para su crecimiento como para su renovación parcial.

Al acabar 1951 -más de cinco años antes de que Seat comenzase a fabricar el «seiscientos»- un grupo formado por setenta y un entusiastas vallisoletanos habían constituido la sociedad denominada Fabricación de Automóviles, Sociedad Anónima, una firma que nacía con la idea descabellada de producir coches sin contar con el respaldo económico de algún banco o alguna gran empresa. Con un capital social de 60 millones de pesetas y una concesión para montar el Renault 4 CV bajo licencia, en 1952 compraron el terreno e iniciaron las obras de ampliación de las naves adquiridas. Asimismo, la búsqueda de personal que supiese algo de mecánica y la selección de proveedores ocupó su debido tiempo, siempre con el objetivo de empezar a fabricar en agosto de ese mismo año y sacar los 414 al mercado en octubre.

Pero como en el acontecer de una empresa también cuentan lo suyo numerosos trámites burocráticos, los retrasos administrativos de los imprescindibles permisos para importar maquinaria, sumados a los vaivenes legislativos en torno al porcentaje de piezas de fabricación nacional, motivaron un preocupante aplazamiento en la salida del primer modelo de FASA. Por fin, el 16 de mayo de 1953 quedaba aprobado el crédito de importación de mil conjuntos de piezas que hacía posible el comienzo de la actividad industrial... ¡diecinueve meses después de su autorización en el Boletín Oficial del Estado!

El 4 de junio llegaba a la fábrica de Valladolid el primer vagón con material procedente de la factoría Renault de Billancourt. Ya se podía dar comienzo a la preparación del montaje y la formación de técnicos y obreros. Con las necesarias prevenciones, el 1 de agosto arranca la producción en cadena y será el 1 de octubre cuando se inicia la producción en serie con la construcción de diez vehículos durante aquella jornada. Al acabar el año se montaban quince coches diarios y ya se habían entregado quinientas unidades a Sociedad Anónima Española de Automóviles Renault (SAEAR), empresa encargada de su comercialización y, anteriormente, de la importación del modelo.

El primer ejemplar correspondió a doña María Victoria Agruña y fue matriculado en Madrid con el número 107.541. Un millar largo de unidades correspondió a este tipo inicial construido por FASA, distinguible por sus seis rayas brillantes que oficiaban de calandra y, evidentemente, por detalles tan inequívocos como la chapita ovalada FASA en la pared anterior del maletero y el escudo de Valladolid en el centro del volante.

Como para fabricar el Renault 4/4 -denominación popular española del 4 CV francés- se dependía de los envíos de Billancourt, en 1954 salía también de la cadena vallisoletana la versión modificada que la Régie Renault había presentado en el Salón de París de 1953. Sus tiras cromadas del frontal se habían ensanchado y se habían reducido de seis a tres, por lo que los aficionados los distinguían con las denominaciones «seis bigotes» o «tres bigotes». Además de este visible cambio exterior, la rueda de repuesto abandonaba su posición horizontal -fijada a un brazo articulado en la parte alta del maletero- para ir colocada verticalmente en el extremo más avanzado del portaequipajes, cambio que obligó a buscar para la batería un nuevo hueco atrás, en el compartimento del motor. También se aseguraba que había mejorado la calefacción.

Este tipo renovado de «tres bigotes», cuya fabricación siguió hasta 1957, estaba dotado de un característico velocímetro central con los relojes de nivel de combustible y temperatura de agua a cada lado. En clara alusión a las formas de su instrumentación, se le conoce también como «orejas» o como «montera». El ejemplar de color beige corresponde a esta serie y se encuentra en óptimo estado tras la restauración emprendida por su propietario, José Félix Briz, vinculado a la marca del rombo desde hace muchos años y miembro del Club de Amigos del Renault 4/4 de España.

La golondrina que vuela en su capó posee todo el encanto de los adornos postizos, tan habituales en los años cincuenta, y encaja muy bien en un coche de estética «americanizante» aunque a tamaño de cochecito francés. Entre los detalles que distinguen a este modelo de Fasa, destacan por fuera el rombo con los colores nacionales -difícil de encontrar- y las aberturas de ventilación a ambos lados de la matrícula trasera. Por cierto, la forma trapezoidal de esta última es la contraria a la francesa, ya que por la numeración de las placas de entonces era más práctico que la parte estrecha estuviese arriba. Otra particularidad de los «orejas» y de los primerísimos «capilla» era la trampilla de ventilación en la base del parabrisas, único recurso en origen junto con los derivabrisas de las ventanillas delanteras para recibir aire del exterior.

Es posible que a muchos les parezca increíble, pero después de permanecer parado más de un mes bastó con girar la llave de contacto y mover la palanca de arranque situada entre los asientos para que el motor de cuatro cilindros comenzase a sonar. Pisar embrague, palanca del cambio hacia la izquierda y hacia adelante..., más vale que el que esto escribe intentaba familiarizarse con el coche, pues, entre las risas de los que contemplaban la escena, el pequeño Renault iniciaba la prueba marcha atrás. Como en los actuales deportivos alemanes o en un Citroén 2CV, para insertar la primera velocidad hay que dirigir el mando hacia atrás. El motor da muestras de una elasticidad insospechada para su cubicaje, lo que unido a una dirección de cremallera -muy desmultiplicada, pero de una precisión y una suavidad poco habituales en su época- lo convierten en un auto con el que se disfruta en el callejeo.

Ya en carretera y ayudados por un peso en vacío inferior a los 600 kg, los cuatro cilindros cumplen con eficacia la misión de propulsar a un auto con cambio de tres marchas. Incluso a sólo 30 km/h, el 4/4 responde con brío en «directa» al pisotón del zapato derecho, algo que debían evitar los varones más fogosos en compañía de féminas, ya que el largo recorrido longitudinal de la palanca en los pasos de 2a a 3a hace irremediable el roce con la extremidad inferior izquierda de la pasajera.

Todas estas impresiones de conducción son igualmente aplicables al «capilla», cuya anchura de vías alargada en 10 mm apenas modifica su comportamiento. Mucho más importante a este respecto son las presiones de hinchado de los neumáticos, especialmente sensibles a cualquier variación respecto a los 1,0 kg delante y 1,6 kg detrás oficiales. Por lo demás, los cambios más visibles efectuados en el «capilla» se reducen al nuevo salpicadero, con cenicero, y a los doce agujeros redondos de ventilación del motor practicados en la zaga. Este último modelo incluye una modificación muy popular en su tiempo, que era la sustitución del cristal fijo de las ventanillas por un cristal corredizo a manivela. El calor habitual en muchas zonas de España hacía imprescindible contar con más entrada de aire que la del derivabrisas.
Ambos modelos poseen desde su salida de fábrica de un antirrobo Clausor con licencia Neiman en la columna de la dirección, accesorio que a finales de los sesenta se impuso en todos los fabricantes nacionales. También coinciden ambos en su sensibilidad al viento lateral -al igual que sus sucesores los Dauphine y en su consumo económico, muy similar al de cualquier utilitario actual. Otra de sus bazas es la robustez de su mecánica, capaz de rodar doscientos mil kilómetros sin levantar el motor a nada que se cuidase el mantenimiento, a lo que se añadía la sencillez que proporcionaban las camisas húmedas recambiables para dar una nueva vida al motor por un precio asequible.

La aventura vallisoletana había cuajado y en pocos años el 4/4 cimentó el prestigio de su fabricante, un prestigio que consolidaron sus continuadores y que llevó a la Régie Renault en 1965 a participar con su capital en el desarrollo de Fasa, aquella empresa española que tardaba tanto en resolver sus problemas burocráticos. 

FICHA TECNICA DEL MODELO REAL:













1 comentario:

  1. Muy lindo R4CV Joan, tengo uno de Eligor en 1743, del Rally Paris Saint-Raphael de 1953.
    Lo más notable, es que la foto que pones tu en esta entrada me recuerda mucho a la que tengo en mi blog de su piloto:
    http://juanhracingteam.blogspot.com.ar/2013/08/216-renault-4cv-berline-type-r-1063.html
    Abrazos!

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